Donde nace la inspiración

Las culturas son algo impresionante, cambian tanto entre países y continentes que a veces resulta difícil entenderlas y esas diferencias  despiertan curiosidad. 

El país más visitado, más famoso, donde se desarrollan el 80% de las películas, donde aparecen los ovnis y donde muchos quisieran vivir, Los Estados Unidos. Para mi, es un lugar de vacaciones, compras y diversión, pero creo que nunca me he planteado una vida americana… No es mi estilo.

Luego Canadá y sus impresionantes paisajes, fauna, flora, climas extremos; tan desarrollado, próspero, seguro y moderno, un país al que podría volver para seguir descubriendo sus maravillas. Un par de veces me abre planteado la posibilidad de expandir mis horizontes en ese gran país, pero algo siempre me ha frenado los intentos, los canadienses suelen ser muy fríos y no muy amigables… Y yo como buena latina, me encantan los ambientes llenos de calor humano, amistades y cálidas relaciones.

Entonces alguien me mencionó Irlanda, con la gran oferta de estudiar, trabajar y viajar por toda Europa a bajo costo. Y quién se puede negar a eso? Así que me fui por tres meses.

“Un viaje de mil millas comienza con el primer paso.”

Lao-tsé

Tres meses que se han convertido en años de viajes, experiencias, encantos, aprendizajes y un camión cargado de emociones.

Cuando llegué a este país lo primero que note fue la diversidad étnica en las calles, me subí a un autobús y podía escuchar más de cinco idiomas diferentes entre los pasajeros. También noté la amabilidad del 90% de los conductores de bus y que todos los pasajeros le dan las gracias antes de bajarse en su parada. Impresionante!

Sin analizar mucho, en cada calle pude ver dos o tres pubs y una iglesia… Sin comentarios… Los irlandeses son católicos y beben de lunes a lunes, pero debo decir que me encanta la música en vivo en la mayoría de los pubs, es simplemente sensacional, emotiva y llena de vida.

Con respecto a los citadinos me quedé impresionada de lo amigables y abiertos que pueden ser, y como no serlo, si ellos mismos han emigrado por todo el mundo y están en todas partes.

Las familias paseando por los centros comerciales, los padres jugando con sus hijos y el perro en los parques, gente de todas las edades en los pubs disfrutando (hasta emborracharse), en fin… Conseguí mucha calidad humana y gente amigable feliz de compartir.

Dublín no es una ciudad muy grande, es fácil caminar o andar en bici a todas partes, de estructuras europeas, algunas muy antiguas, zonas de modernos edificios, grandes empresas, full de jardines, entretenida, con puertas de diferentes colores y super segura… Perfecta para mi.

Un día salí a conocer la Isla Esmeralda y simplemente me enamoré de sus paisajes y, aunque no lo crean, del clima cambiante que me muestra los lugares de diferentes formas cada vez que los visito.

Las aerolíneas con mayor cantidad de rutas en Europa son irlandesas, por esto los pasajes son mucho más económicos… Obviamente no perdí el tiempo y durante mi primer año visité más de 12 ciudades europeas y siete diferentes países. Impresionante pero cierto, los pasajes podían costar hasta 9.99€ ida y vuelta y los hostales son la mejor opción de alojamiento con excelentes servicios y desayuno incluido.

“La aventura de viajar consiste en ser capaz de vivir como un evento extraordinario la vida cotidiana de otras gentes en parajes lejanos a tu hogar.”

Javier Reverte

Entonces me he ido quedando en este paraíso terrenal, donde el clima aleja a la gente mala y atrae a quienes lo saben apreciar. En la tierras de los escritores que me han abierto las puertas a un mundo de fantasías, donde he aprendido más de mi y donde llega la musa a jugar con mis pensamientos y mueve mis dedos en el teclado.

Y lo he comenzado a llamar «HOGAR».